Si no has oído hablar de Fortnite, ¿dónde cojones has estado metido los últimos años? Este juegazo de Epic Games es un fenómeno mundial que ha hecho que niños, adolescentes y adultos se enganchen como si fuera la última dosis de adrenalina en vena. Y no es para menos: tiros, construcción, skins absurdamente caras y un mapa que cambia más que el humor de tu ex. Todo en un solo paquete, gratuito… hasta que te das cuenta de que llevas gastados cien pavos en mochilas de llamas y trajes de plátano.
Fortnite no es solo un Battle Royale. Es un maldito circo digital donde puedes ver a Goku pegarse con Batman mientras Ariana Grande baila con el puto Kratos. Si eso no es el sueño febril de un gamer en LSD, no sé qué lo es. Y lo mejor es que no importa si eres un manco de proporciones bíblicas, porque siempre puedes esconderte en un arbusto hasta que queden cinco jugadores y llevarte una victoria de la forma más rastrera posible.
Pero no todo es risas y bailes absurdos. La comunidad de Fortnite puede ser un nido de ratas tóxicas, niños rata chillando en el chat de voz y profesionales que te construyen un rascacielos en 0,3 segundos mientras tú aún intentas entender por qué no puedes poner una rampa en línea recta. Y, sin embargo, ahí seguimos, partida tras partida, intentando mejorar, ganar o al menos no hacer el ridículo en un streaming.
Las colaboraciones de Fortnite son otro nivel. Este juego ha metido a más personajes que una convención de cosplayers con dinero. Pelis, series, cantantes, youtubers, todo el mundo ha querido un pedazo del pastel de Epic Games. No hay nada más bizarro que ver a Darth Vader matando a Rick Sánchez con una escopeta mientras Spiderman construye una torre para huir del desastre. Y cada vez que piensas que han llegado al límite, BAM, te sueltan otro pase de batalla con más locuras.
Pero, ¿es Fortnite solo un juego para niños? No, amigo. Es un juego para cualquiera con ganas de pasar un buen rato, cabrearse por la latencia, insultar a la gente que juega con teclado y ratón y preguntarse por qué demonios los servidores de Epic no dejan de caerse en los momentos más inoportunos. Y, sobre todo, es un juego que ha sabido evolucionar, reinventarse y seguir siendo relevante cuando otros Battle Royale se han ido a la mierda.
Así que, si aún no lo has probado, dale una oportunidad. Puede que odies la construcción, puede que te frustres al ver a un crío de 10 años destrozarte en segundos, pero también puede que te eches unas risas, ganes una partida y, con suerte, no gastes tu sueldo en skins que solo verás tú y la gente que te mate. ¡Nos vemos en la sala!