Complot Eurovisivo: Cómo Europa se organizó para hundir a Melody (y por qué les saldrá caro)

Melody ha quedado mal en Eurovisión. Lo que viene siendo un hostión con palmas y pandereta. Pero no os equivoquéis, esto no ha sido casualidad, ni cuestión de gustos. No, amigos. Esto ha sido un complot. Una conspiración eurovisiva. Un pacto oculto sellado con laca y purpurina para que nuestra Melody no se llevara la gloria que le corresponde.

Hablemos claro Europa. ¿Qué coño te pasa con Melody? Melody os da miedo. Porque donde otros os mandan baladas depresivas cantadas por un austriaco eunuco o cinco tías apretadas que parecían salidas del musical del Rey León, España os manda a una señora con el eyeliner afilado como lengua de suegra y una voz que arranca gotelé.

Todo empezó con la iluminación. ¿Quién decide ponerle ese fondo que parecía sacado de un karaoke de bar carretera a las 3 de la mañana? ¿Dónde estaban los fuegos artificiales, las plataformas hidráulicas, los hologramas de Camarón y Lola Flores? ¿Dónde, Europa, DÓNDE? Le habéis puesto la misma escenografía que a un festival de fin de curso. Vergüenza.

¿Y el sonido?¿De verdad le subisteis el volumen al playback del austriaco pero a Melody le pusisteis micro de karaoke del Tiger? ¡Os tengo calados, hijos de puta!

Y luego el jurado. Ah, el jurado. Esa panda de raritos con gafas de pasta que fingían no haber oído nunca “El baile del gorila”. Vamos a ver, que Melody ha sobrevivido a la infancia, a los años 2000, a Tu cara me suena y a los chistes malos de su nombre en el cole (se llama Melodía). ¿De verdad creéis que la vais a hundir con 37 mierdas de puntos?¿Dónde han ido nuestros votos? ¿Quién los ha secuestrado? ¿Qué oscuro algoritmo ruso ha manipulado el Excel?

Esto ha sido una puñalada por la espalda con una estaca de neón. Melody era demasiado para Eurovisión. Demasiado salero, demasiado talento, demasiado España cañí para esa panda de blanditos. 

A lo mejor el año que viene mandamos a Leticia Sabater, para que se os vayan poniendo los huevos de corbata.