Mira, no te pido que me abraces, que me invites a cenar o que me pagues un café, pero joder, si te saludo, responde, coño. ¿Qué te cuesta? ¿Un simple “hola”? ¿Un gesto con la cabeza? Nada. Cero esfuerzo. Pero no, ahí estás tú, con tu cara de vinagre, ignorando a la gente como si fueras la realeza y el resto fuéramos plebeyos invisibles.
Antes la gente saludaba. Franco siempre saludaba. Ahí lo dejo. Y ahora, en pleno siglo XXI, que supuestamente somos más avanzados, hay auténticos sociópatas sueltos que ignoran los saludos como si fueran alérgicos a la educación básica.
Los hay de varios tipos, pero el peor es el que te mira y sigue de largo como si fueras un puto holograma. Que no es que no te haya visto, no. Te ha mirado a los ojos, lo ha procesado y ha decidido conscientemente que tu existencia no merece ni un puto “buenos días”. ¿Qué clase de trauma infantil lleva encima esa persona? ¿Es que sus padres no le enseñaron que cuando alguien te saluda, se responde?
Luego está el despistado profesional, que dice que “no te ha visto”, aunque tú hayas pasado a dos centímetros de su cara. Claro, claro, majete. Que no te haya visto cuando vas con el móvil pegado a la cara, pase. Pero si estamos en un ascensor, en la oficina o en el barrio donde nos cruzamos a diario, ya me estás saludando, coño, que no eres Stevie Wonder.
Y no nos olvidemos del “te saludo solo si me interesa”. Ese cabrón que sí tiene voz cuando necesita un favor, pero que si te ve sin que le haga falta algo, se convierte en un ninja de la indiferencia. Ah, pero espera a que le convenga, que entonces sí aparece con una sonrisa falsa y un “¡hombre, cuánto tiempo!”. Vete a la mierda.
No saludar es de malas personas, de rancios y de gente con problemas graves de empatía. Es un gesto simple, rápido y gratis. Y si ni siquiera eres capaz de hacer eso, lo siento, pero mereces pisar un LEGO descalzo cada mañana.
Así que, si eres de los que no saludan, haznos un favor a todos: aprende un poco de educación o quédate en casa con tu amargura. Porque en la vida hay cosas que son básicas y una de ellas, querido gilipollas antisocial, es RESPONDER CUANDO TE SALUDAN.