FUBAR: cuando el desmadre, el carisma y la acción se juntan para darte lo que no sabías que necesitabas

¿Querías cine de acción clásico con aroma a los noventa, pero embotellado en formato de serie? ¿Querías ver a Arnold Schwarzenegger repartiendo hostias y chistes como en los viejos tiempos? ¿Querías una trama que se ría de sí misma mientras te engancha capítulo tras capítulo? Pues enhorabuena, porque FUBAR no solo te lo da… te lo sirve con gafas de sol, explosiones y puñetazos con amor.

Esta serie es todo lo que una comedia de acción tiene que ser: divertida, descarada, inteligente dentro de su propio caos y con un ritmo que no te deja respirar. No se toma en serio a sí misma, y eso es lo que la hace grande. Tiene ese punto autoparódico justo, donde los personajes parecen saber que están en una serie de locura y lo disfrutan igual que tú.

Pero si FUBAR funciona de verdad, es porque Schwarzenegger está inmenso. Carismático, físico, pero también emocional. Aquí no es solo el Terminator que reparte cera, es un tipo maduro, padre, con contradicciones, que se ve envuelto en situaciones imposibles mientras intenta reconectar con su hija (brutal Monica Barbaro). Y ojo, que la química entre ellos no solo convence: arrasa.

La serie mezcla géneros con una soltura tremenda: acción de espionaje, comedia familiar, conflicto generacional y hasta un toque de drama bien colocado. No es solo disparos y frases lapidarias (aunque las hay y se celebran). Tiene corazón. Tiene ritmo. Tiene personajes secundarios que molan, diálogos ágiles y situaciones absurdamente geniales que te hacen quedarte con cara de «vale, esto no tiene sentido, pero me flipa».

¿Es realista? Ni lo intenta. ¿Te importa? En absoluto. Porque cuando una serie se lo pasa tan bien como FUBAR, lo único que puedes hacer es recostarte, apagar el cinismo y disfrutar.

En resumen: FUBAR es el tipo de serie que te reconcilia con el entretenimiento sin complejos. No busca ser profunda, busca ser una fiesta. Y lo consigue. Es una carta de amor al cine de acción de toda la vida, con un Schwarzenegger que demuestra que sigue siendo el puto amo, incluso en 2025. Y si no te gusta… igual es que has perdido el sentido del humor por el camino.

¡Larga vida a FUBAR!